“Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra.”
Ex 7:10
Presentación.
La historia de Aarón presenta tensiones narrativas con la historia de Moisés que hacen sospechar que pertenece a una capa literaria diferente. Estos detalles son cruciales para entender cómo fue redactada la Torá y comprender mejor su mensaje. Hoy analizamos la historia de Aarón, resumiendo sus aventuras a lo largo de Ex, Lv y Nm y con especial atención a los pasajes conflictivos que alteran la armonía del relato. Te dejo el índice en la descripción para navegar por el vídeo con comodidad. En la conclusión apuntamos hasta qué punto puede ser interesante el sustrato legendario de este personaje.
Introducción.
Aarón es un personaje clave para entender la Torá, queda en nuestra retina la imagen del sumo sacerdote que administra los rituales a YHVH en el contexto del éxodo de Egipto, siempre supeditado a Moisés.
Sin embargo, hay muchos elementos en el texto que hacen sospechar que la historia de Aarón se inspira en una tradición autónoma. Es decir, el texto parece revelar que hubo una capa literaria de Aarón independiente de la historia de Moisés. Aunque finalmente ambas quedaron integradas en el texto que nos ha llegado, queda la huella de esa costura.
A modo de introducción, repasemos brevemente la esencia de sus aventuras por orden cronológico, antes de abordar en detalle los elementos que tensionan la coherencia del relato conjunto.
Resumen de la historia.
Tras la revelación de la zarza ardiente en Ex, YHVH llama a Aarón para recibir a Moisés en el desierto, y lo encuentra en el monte del elohim. Reúnen a los ancianos del pueblo y Aarón les cuenta la revelación de Moisés y les muestra como prueba la magia con la vara.
A continuación acompaña a Moisés a negociar con el faraón, sin éxito. Se explica su linaje: Aarón hijo de Amram, hijo de Coat, hijo de Leví, es decir, bisnieto de Leví. Su madre fue Jocabed, tía de su padre, es decir, su tía abuela. Se cita a Moisés como hermano menor. Aarón se desposa con Elisabet, hija de Aminadab y hermana de Naasón y tiene cuatro hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Eleazar se desposa con una hija de Futiel y nace Finees.
Tras las instrucciones de YHVH, Moisés y Aarón vuelven a negociar con el faraón. Aarón convierte su vara en culebra, igual que los hechiceros del faraón, pero su culebra devora a las demás. Después suceden las plagas, Aarón utiliza su vara para obrar el milagro de las aguas, el de las ranas y el de los piojos. En el resto, de forma más sucinta, se dice que Moisés y Aarón los ejecutan como YHVH les mandó.
Tras la salida de Egipto, Aarón recibe junto a Moisés las instrucciones de la Pascua y del maná. Sobre el maná, Aarón instruye al pueblo. Luego sucede la guerra contra Amalec, en la que Aarón sostiene los brazos de Moisés junto a Hur. Aarón está presente en una comida sacrificial a elohim, junto a Jetró, Moisés y los ancianos de Israel.
Los episodios de Moisés subiendo al monte Sinaí a recibir las leyes son confusos, pero en todo caso Aarón sube en dos ocasiones con Moisés. La más relevante cuando sube con sus hijos Nadab, Abiú y con los setenta ancianos para recibir las leyes en forma de tablas de piedra.
Después YHVH explica a Moisés cómo debe ser el tabernáculo. Aquí Aarón se nombra por alusiones. Mientras Moisés está en el monte, Aarón forja un becerro de oro para que el pueblo pueda adorarlo en honor a YHVH. Enfadado por esta conducta, YHVH ordena a Moisés que ordene a los levitas matar a todos los pecadores. Mueren tresmil israelitas. El texto da a entender Aarón dirige la matanza. Cuando Moisés desciende del monte resplandeciente, Aarón lo recibe encabezando al pueblo.
Al principio de Lv, YHVH le dice a Moisés que le explique a Aarón cómo se deben ejecutar determinados rituales. Deja claro que el privilegio del sacerdocio recaerá sobre los aaronitas a perpetuidad, aclarando que Moisés siempre será el intermediario. Después de ejecutar los primeros rituales, Aarón bendice al pueblo.
Durante un ritual mueren quemados Nadab y Abiú, hijos de Aarón. Moisés le explica a Aarón por qué de forma enigmática. Después le reprocha a Aarón no haberse comido la parte sagrada de los sacrificios, y Aarón deja un testimonio de aflicción conmovedor.
Después YHVH da muchas instrucciones, unas veces a Moisés y a Aarón y otras veces solo a Moisés. El rito de Azazel será ejecutado por Aarón. A lo largo de Lv, en todas las ordenanzas sacerdotales YHVH se dirige a Moisés para que hable a Aarón y a sus hijos.
En Nm, un libro muy disperso, YHVH le pide a Moisés que cense al pueblo junto a Aarón, les dice a los dos cómo debe organizarse el campamento y cuáles serán las tareas de los levitas. Le habla a Moisés para que le diga a Aarón cuál debe ser la oración de bendición. Aarón oficia de sumo sacerdote. La segunda Pascua se celebra con Moisés y Aarón al frente.
Miryam y Aarón le reprochan a Moisés que se arrogue la exclusividad de la intermediación divina. YHVH castiga solo a Miryam y Aarón se arrepiente.
Después, los doce espías informan a Moisés y a Aarón. En consecuencia, el pueblo se queja a los dos. Ambos acuden a YHVH a pedirle ayuda, y este castiga al pueblo a vagar por el desierto cuarenta años. En unas ocasiones se dirige solo a Moisés y en otras a los dos.
En Nm 15 traen a un hombre que recogía leña el día de reposo ante Moisés y Aarón, para ser juzgado. YHVH le dice a Moisés que deben lapidarlo.
En Nm 16 se produce la rebelión de Coré contra Moisés y Aarón, “¡Basta ya de vosotros!” Ambos aparecen juntos durante todo el pasaje, que concluye con la matanza de catorcemil israelitas.
Después Aarón aparece por alusiones en una prueba que dirige Moisés para que YHVH escoja al sumo sacerdote. La vara de Aarón florece entre las demás, síntoma de la elección divina. Después YHVH habla a Aarón para reforzar algunas leyes sobre los privilegios de los sacerdotes levitas.
En Nm 20 se reescribe el pasaje del agua de la roca. El pueblo se queja de sed, unas veces enfrentado a los dos y otras solo a Moisés. Ambos piden auxilio a YHVH. Este habla a Moisés para que vaya con Aarón a hacer el milagro. Moisés toma la iniciativa, habla al pueblo y hace la magia con la vara. Aarón acompaña a Moisés. En consecuencia, YHVH condena a muerte a los dos por no santificarle. Al final del capítulo YHVH les explica a los dos cómo morirá Aarón y así sucede: Moisés desnudó a Aarón y le puso las vestiduras de sumo sacerdote a Eleazar. Lo dejaron desnudo en el monte Hor y allí murió. Hemos de interpretar que YHVH lo ejecutó entonces. El pueblo guardó luto treinta días.
En la última parte de Nm se recuerda que la aventura del éxodo por el desierto sucedió “bajo el mando de Moisés y Aarón.” También se aprovecha para añadir un dato, tenía 123 años cuando murió.
En libros posteriores aparece Aarón por alusiones. Las más interesantes aparecen en 1 Cr, donde se dice que YHVH hablaba a Aarón, unas veces directamente y otras por medio de Moisés. Es muy frecuente la mención de “los sacerdotes hijos de Aarón”, reforzando el recuerdo del líder. Y en los Salmos se constata que Aarón fue escogido por YHVH y que dirigió al pueblo junto a Moisés.
En definitiva, la literatura posterior recordó la imagen del líder que eligió YHVH para administrar el sacerdocio y gobernar al pueblo junto a Moisés. No pasa por alto que Aarón tenía el asombroso privilegio de hablar con YHVH.
Presentación del personaje.
El primer síntoma de falta de armonía en la trama aparece con la presentación de Aarón, o, mejor dicho, con la ausencia de presentación. Irrumpe de forma repentina e inesperada en Ex 4, después de que YHVH se aparezca a Moisés en la zarza ardiente.
Ex 4, 13-17:
“13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. 14 Entonces YHVH se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. 15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. 16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de elohim. 17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.”
Tratamos el capítulo en detalle en nuestro Ep. 19, donde se intercala el oscuro pasaje del prepucio de Séfora. Después, prosigue la narración alrededor del encuentro con Aarón.
Ex 4, 27s:
“27 Y YHVH dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte del elohim, y le besó. 28 Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de YHVH que le enviaba, y todas las señales que le había dado. 29 Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. 30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que YHVH había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. 31 Y el pueblo creyó; y oyendo que YHVH había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.”
Hay varios elementos que no encajan bien en la trama. No sabemos de la existencia de Aarón, y mucho menos que Moisés tenga un hermano, pero se menciona como si el lector ya lo conociese, lo cual es síntoma inequívoco de un inserto de redacción. Pero lo más inquietante es que YHVH, según el texto, conoce a Aarón antes de revelarse a Moisés, y habla con él de forma coloquial: “ve a recibir a Moisés”. El pasaje de la revelación en la zarza pierde toda su coherencia si Aarón ya conocía a YHVH.
También es desconcertante que Aarón encuentra a Moisés en el monte del elohim, no en el monte de YHVH, sino textualmente “del elohim”, justo después de la misteriosa circuncisión de Séfora.
Por otra parte, no es seguro que el texto se refiera a Aarón como hermano carnal de Moisés: “¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita?” La explicación de levita es impropia si se trata de su hermano carnal. La construcción gramatical invita a pensar que se refiere a compañero de tribu, tu hermano Aarón, el levita, tu hermano Hanoc, el rubenita.
Sea como fuere, el personaje queda descrito por su rasgo principal, la elocuencia.
Aarón en la corte del faraón.
En Ex 5, Aarón acompaña a Moisés a Egipto. Aunque no es explícito, hemos de suponer por el contexto que interviene en los diálogos con el faraón, pues ese era el motivo de su presencia: utilizar su elocuencia en el discurso. Sin embargo, en Ex 6 Moisés vuelve a dudar de su habilidad con el lenguaje, y YHVH vuelve a involucrar a Aarón para que colabore en el discurso. Parece una versión alternativa de la anterior, síntoma de costura editorial.
El linaje de Aarón.
La acción en Egipto se interrumpe de repente para intercalar un pasaje que explica cómo encaja el linaje de Aarón en la trama. Esta interpolación podría tener el interés de suavizar la enigmática presencia del personaje en la historia. Se mencionan los hijos de Leví y sus descendientes con distinto grado de detalle, algunos con años, esposas e hijos y otros de forma resumida.
En definitiva, Aarón es hijo de Amram, hijo de Coat, hijo de Leví. Aquí lo interesante es la meticulosidad con que se explican los detalles de Aarón: su madre fue Jocabed, tía de su padre Amram, sus hijos fueron cuatro, de los cuales Eleazar, futuro sumo sacerdote, engendró a Finees con una hija de Futiel. Es decir, el autor es consciente de la genealogía de Aarón con mucho detalle y de la importancia de algunos personajes en la trama futura. El contraste con la historia de Moisés es evidente, del que apenas se dice que nació de dos levitas y era guapo. Fijémonos que de su madre, Jocabed, se explica que era tía de su padre, una relación incestuosa muy curiosa que no tiene ninguna relevancia en la trama, pues nunca más se la vuelve a mencionar. Lo mismo sucede con la esposa de Eleazar, hija de Futiel, un personaje que solo aparece mencionado aquí y no sabemos quién es. Por supuesto, también se menciona a su mujer Elisabet, matizando que es hija de Aminadab y hermana de Naasón, a quienes tampoco conocemos. Cabe pues reflexionar por qué el autor detalló con tanto esmero el linaje de Aarón, en contraste con la austeridad con que se define al héroe Moisés. A mi juicio, parece evidente que no se trata del mismo autor, y que uno de ellos, el que conoce la historia de Aarón, tenía en las manos el testimonio de un linaje detallado.
Queda evidente la intención aclaratoria de este inserto genealógico si atendemos a cómo concluye.
Ex 6, 26-27:
“Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales YHVH dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos. 27 Estos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron estos.”
Observamos en el texto un esfuerzo de aclarar cómo encaja Aarón en la historia de Moisés. Nótese que la mención de Moisés en la genealogía es muy escueta, aparece junto a Aarón sin más, no se menciona a su esposa, ni a sus hijos como sí se hace con Aarón. Es más, la genealogía de Moisés no tiene relevancia en la trama, su esposa no es israelita y sus hijos apenas se mencionan. En esa línea, tampoco se menciona aquí a Miryam, supuesta hermana de ambos que todavía no ha aparecido en la historia.
En definitiva, este inserto genealógico pone en relieve las diferencias literarias entre el estrato de Moisés y el de Aarón.
La vara mágica.
Otro de los aspectos inquietantes de la trama es el uso de la vara mágica. En principio, YHVH enseña a Moisés a utilizarla para demostrar la intermediación divina. Sin embargo, en Ex 7 pide que sea Aarón el que haga los milagros.
Ex 7, 8-12:
“7 Habló YHVH a Moisés y a Aarón, diciendo: 9 Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. 10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. 11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; 12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos.”
Resulta incómodo descubrir cómo está construido el relato: YHVH instruye a Moisés y luego le pide que le diga a Aarón que haga magia con la vara. Cabe preguntarse cuál es la función del pasaje de Ex 4 en el que YHVH instruye a Moisés, siendo que será Aarón el ejecutor de las señales. Es igual de desconcertante que le diga a Moisés que le diga a Aarón, siendo que YHVH habla con Aarón en confianza cuando lo necesita, no solo al principio, sino varias veces a lo largo de la Torá. Del texto se desprende que Aarón está instruido con anterioridad en el uso mágico de la vara, así como conocía a YHVH antes de que se revelase a Moisés en la zarza. Esto es incongruente con el argumento de la revelación.
Más adelante Aarón convierte las aguas en sangre con la vara. Aquí el texto es más confuso si cabe, YHVH le dice a Moisés que haga magia con la vara, luego le dice que le diga a Aarón que haga magia con la vara, y finalmente se dice que ambos hicieron el milagro. Las plagas de las ranas y los piojos se ejecutan de forma análoga: YHVH le pide a Moisés que le diga a Aarón que use la vara para convocar las plagas, y así sucede.
Es decir, del texto se deduce que Aarón conoce a YHVH, está instruido en el uso de la vara mágica y la utiliza como YHVH ordena para obrar los milagros. Sin embargo el texto incorpora a Moisés como mediador: tiene una revelación, innecesaria si Aarón ya conocía a YHVH, aprende a usar la vara, innecesario si Aarón ya sabía, y traduce las instrucciones divinas, innecesario si YHVH habla con Aarón cuando lo necesita.
Podría parecer que los personajes Moisés y Aarón pertenecen a dos capas literarias distintas y que en la fusión del texto definitivo quedaron solapadas algunas características.
En el resto de las plagas Aarón está involucrado de forma menos protagonista, hablando con Faraón o recibiendo las órdenes de YHVH junto a Moisés. Faraón siempre se dirige a Moisés y Aarón. Aunque no se especifica en cada una de las plagas, se aclara en Ex 11 que ambos fueron los ejecutores de todos los milagros.
Ex 11, 10:
“Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón.”
El rito de la Pascua lo ordena YHVH a Moisés y Aarón, y ambos hicieron como YHVH les mandó. Siempre aparecen ambos mencionados textualmente, tanto para recibir la orden divina como para ejecutar sus mandatos.
Moisés solo, Aarón solo o ambos a la vez.
A lo largo de la Torá, unas veces YHVH habla a Moisés, otras a Aarón, las menos, y otras a los dos, muy frecuentes. Existen algunas coincidencias de temática, pero no son concluyentes. Por ejemplo, cuando se trata de instrucciones sacerdotales o litúrgicas el mandato suele estar dirigido a los dos, o incluso solo a Aarón. En otros casos, como la consagración de los primogénitos o la aventura del Mar Rojo, se dirige solo a Moisés. Pero no es fácil separar las capas por temática, y podría ser que los autores utilizan uno u otro recurso por comodidad. Por ejemplo, en el maná habla a los dos, en las aguas de la rencilla de Ex habla a Moisés, pero en las aguas de la rencilla de Nm habla a los dos.
No obstante, podemos intuir en algunos pasajes la intención del autor de enfatizar el protagonismo de Moisés, bien omitiendo a Aarón o relegándolo a un papel subordinado. Por ejemplo, en la guerra contra Amalec Aarón sostiene los brazos de Moisés, que obra los milagros. Ex 20 se dice que el pueblo teme la voz de YHVH y prefiere que intermedie Moisés. En los pasajes del monte Sinaí, muy confusos, en los que cuesta seguir el hilo de la narración y parecen que Moisés sube repetidas veces a recibir las leyes divinas, Aarón solamente aparece en algunos de ellos, el más interesante el de Ex 24 en el que acompaña a Moisés junto a sus hijos Nadab y Abiú y los setenta ancianos para recibir las tablas de piedra. Es un caso extraño que parece conservar una tradición alternativa, pues esa entrega de las leyes se reproduce en otras versiones sin Aarón.
A lo largo de Lv el tono de Aarón suele ser subordinado, YHVH le dice a Moisés que le explique a Aarón cómo se deben ejecutar determinados rituales. Aunque queda claro que el privilegio del sacerdocio recaerá sobre los aaronitas a perpetuidad, en Lv 8 se aclara que Moisés mediará siempre.
Lv 8, 36:
“Y Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó YHVH por medio de Moisés.”
Quizá en este versículo de Lv se vea con nitidez lo que queremos expresar.
Lv 17, 1-2:
“1 Habló YHVH a Moisés, diciendo: 2 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado YHVH:”
Es una construcción gramatical muy habitual a lo largo de todo el libro. Parece una frase litúrgica. Pero hemos de ser conscientes de que las oraciones litúrgicas pretenden institucionalizar una creencia a martillazos. Podría ser una interpolación para contextualizar el mandamiento de acuerdo a los intereses del autor. La esencia del mensaje es el mandamiento divino que sigue a continuación. La introducción “esto es lo que ha mandado YHVH” es redundante, solamente necesaria si cabe duda de que eso lo haya mandado YHVH o si en una versión primitiva no era un mandato de YHVH. Del mismo modo se construyen las demás en una amalgama de introducciones contextuales anidadas: “Habló YHVH a Moisés diciendo”, “Habla a Aarón y a sus hijos”, “y a todos los hijos de Israel”, “y diles”, “esto es lo que ha mandado YHVH”. Una narración fluida y elegante prescindiría de todas esas introducciones: quien no traiga el cordero al tabernáculo será culpado de sangre. Fin. A lo sumo utilizaría una de ellas, como nexo de transición: esto ha mandado YHVH, traer el cordero. La amalgama parece evidenciar sucesivos remiendos según los intereses de los autores: este es el mandamiento, sí pero anota que lo dijo YHVH, sí pero se lo dijo a Moisés, sí, pero Moisés se lo dijo a Aarón, apúntalo, sí pero se lo dijo también a todos los hijos de Israel…
El becerro de oro.
Uno de los pasajes más intrigantes de la Torá es el del becerro de oro, en el que Aarón toma todo el protagonismo, pero no para bien.
Ex 32, 4-5:
“4 y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus elohim, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para YHVH.”
Es decir, en apariencia, en ejercicio del sumo sacerdocio, hace un becerro y dirige al pueblo en sus rituales, en honor a YHVH. La narración interpreta este hecho como una transgresión de los mandamientos de YHVH, en especial el de hacer figuras de fundición y adorarlas, aunque representen a YHVH. En consecuencia, YHVH ordena a Moisés que ordene a los levitas, que maten a todos los pecadores. Mueren tresmil personas. El texto da a entender que Aarón dirige esa matanza, encabezando a los levitas. Resulta enigmático por qué Aarón, artífice y director del pecado del becerro, en lugar de sufrir el castigo de muerte se convierte en el ejecutor.
Hay quienes interpretan que cuando el texto menciona a los levitas excluye a los aaronitas. Es decir, Moisés acude a otros levitas para castigar a los aaronitas por su pecado. Esta interpretación resuelve la coherencia narrativa de una parte del argumento, justificando que Aarón y los suyos pecan y reciben la muerte en consecuencia, ejecutada bajo el mandato de Moisés a otros levitas. Sin embargo, esto no resuelve el misterio de por qué Aarón y sus hijos se escapan del castigo. Según esta hipótesis, el relato del becerro de oro podría pertenecer a una capa editorial diferente, promovida por levitas rivales del linaje de Aarón, que quisieron dejar constancia en el texto de las debilidades del sumo sacerdote.
Sea como fuere, lo que parece evidente es que se trata de una capa literaria que no encaja bien con el resto del relato, que describe a Aarón en un contexto difícil de armonizar en la historia.
El luto de Aarón.
El pasaje de la muerte de Nadab y Abiú, sacerdotes hijos de Aarón, es misterioso y muy inquietante. Lo tratamos en detalle en nuestro Ep. 32: El sustrato histórico de los hijos de Aarón. En lo que respecta a Aarón, aparece un diálogo acerca de su tristeza con un grado de detalle que recuerda al de los matices de su genealogía.
Por ponerlo en contexto, Moisés le reprocha que no se han comido la parte sagrada de los sacrificios que les corresponde como sacerdotes.
Lv 10, 19:
“Y respondió Aarón a Moisés: He aquí hoy han ofrecido su expiación y su holocausto delante de YHVH; pero a mí me han sucedido estas cosas, y si hubiera yo comido hoy del sacrificio de expiación, ¿sería esto grato a YHVH?”
Observamos que Aarón ironiza con aflicción contra Moisés: acaban de morir mis hijos, y me reprochas que no me termine el cordero, ¿estás seguro de que eso es lo que dice YHVH? Se trata de un detalle de luto muy tierno, impropio del estilo narrativo del pasaje, del libro y de toda la Torá. Unido al resto de matices del pasaje nos hace sospechar que estamos ante un testimonio que guarda recuerdo nítido de un suceso, con detalles que difícilmente cabría pensar que son inventados, pues no tienen interés en la trama. Es más, contradicen el espíritu doctrinal de la Torá: quemar a los sacerdotes recién investidos y transgredir el mandamiento divino de comerse la cosa santísima no dignifica a la casta sacerdotal, ni al pueblo elegido, ni a las ordenanzas de YHVH. Ahora bien, lo que sí consiguen estos detalles es perfilar el personaje con un realismo maravilloso.
En esencia, se trata de un pasaje que no mantiene el estilo literario del resto del relato y plantea inquietudes sobre su diferente redacción.
Miryam, ¿hermana de Aarón?
En Nm 12, Miryam y Aarón murmuran contra Moisés. No se menciona que sea hermana de ninguno de ellos. Recordemos que Miryam apenas interviene en la historia. Aparece sin presentación en Ex 15, como si ya la conociéramos, y se dice que es profetisa y hermana de Aarón.
En este pasaje de Nm 12 Miryam y Aarón le reprochan a Moisés que se arrogue la exclusividad de mediación con YHVH.
Nm 12, 2:
“Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado YHVH? ¿No ha hablado también por nosotros?”
Resulta inesperado que esto pase a estas alturas de la historia, aunque podría resultar coherente con algunos detalles del relato de Ex. Por ejemplo, con el hecho de que ella sea profetisa de YHVH, o con el hecho de que Aarón hable con YHVH desde antes de que este se le revelase a Moisés. Lo menciono porque esta aparente tensión con la trama principal está en sintonía con la que generan otros pasajes que a su vez son coherentes entre sí.
Sea como fuere, el pasaje sirve para elevar la figura de Moisés y subordinar la de Aarón, pues YHVH castiga sin piedad a Miryam y Aarón termina suplicando a Moisés en arrepentimiento.
Es difícil saber si Miryam es hermana de Aarón en todas las capas editoriales. Solo aparece mencionada como hermana en Ex 15, pero no aquí en Nm 12 ni tampoco cuando muere en Nm 20 de forma escueta. Son sus únicas tres intervenciones en la historia. Cabe la duda porque cuando se describe la genealogía de Aarón en Ex 6 se aborda con detalle, y sin embargo no se menciona a Miryam. Más adelante se intenta subsanar esa laguna.
Nm 26, 59:
“La mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; esta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a Miryam su hermana.”
Sin embargo, observamos una construcción atípica, como si se hubiese interpolado la mención de Miryam. En hebreo suena igual de extraño. Si prescindimos de esa parte la oración está completa: “dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés”, lo que ya teníamos en Ex 6. Pero la mención de Miryam rompe la simetría y el ritmo. Además, la aclaración de que es su hermana es absurda y gramaticalmente impropia, síntoma inequívoco de un pegado descuidado. No es difícil imaginar ese añadido como una nota en el margen del rollo.
Sea como fuere, la costura deja huella de las distintas capas editoriales a las que nos venimos refiriendo.
La condena de los cuarenta años.
En los pasajes alrededor de la condena de los cuarenta años por el desierto Aarón protagoniza la historia junto a Moisés, justo antes de que se produzca la elipsis abrupta de treintaiocho años y su muerte.
En Nm 13 los doce espías informan a Moisés y a Aarón. En Nm 14 el pueblo se queja a los dos. Ambos acuden a YHVH a pedirle ayuda y YHVH castiga al pueblo. En ocasiones se dirige solo a Moisés y en ocasiones a los dos. En Nm 15 traen a un hombre que recogía leña el día de reposo ante Moisés y Aarón. YHVH le dice a Moisés que deben lapidarlo. En Nm 16, la rebelión de Coré se produce contra Moisés y Aarón, “¡Basta ya de vosotros!” Ambos aparecen juntos durante todo el pasaje, incluyendo la matanza de los catorcemil israelitas. En Nm 17 Moisés realiza una prueba para ratificar al sumo sacerdote, la vara de Aarón florece, síntoma de la elección divina. En Nm 18, YHVH se dirige solo a Aarón para reforzar algunas leyes sobre los privilegios de los sacerdotes levitas.
En resumen, antes de que pasen los cuarenta años, Aarón trabaja codo a codo con Moisés y se relaciona directamente con YHVH cuando se le requiere.
El pecado de Aarón.
En Nm 20, tras la elipsis de treintaiocho años, se reescribe el pasaje del agua de la roca. Lo tratamos en detalle en nuestro Ep. 43, con énfasis en la muerte de Aarón. El pueblo se queja de sed. En unas ocasiones el texto menciona que se enfrenta a los dos y en otras se dirige solo a Moisés. Ambos piden auxilio a YHVH. Este se dirige solo a Moisés para decirle que vaya con Aarón a hacer el milagro del agua de la roca nuevamente. Moisés toma la iniciativa y se dirige al pueblo, y hace brotar agua de la roca con la magia de la vara, junto a Aarón, que participa de forma pasiva, acompañando a Moisés. En consecuencia, YHVH castiga a los dos con la muerte por no santificarle, aunque desconocemos qué hicieron mal en concreto.
Al final del capítulo se narra la muerte de Aarón, con una estructura gramatical incómoda: YHVH les habla a los dos, pero lo que dice parece dirigido solamente a Moisés, como si Aarón no estuviera presente.
Nm 20, 23-27:
“23 Y YHVH habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: 24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. 25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.”
Con independencia de esa estructura gramatical difícil de entender, parece claro que este pasaje pertenece a una capa editorial que no trata a Aarón con el respeto de otras: YHVH no se digna a dirigirle la palabra ni en su último aliento y es abandonado en el monte Hor, desnudo.
Como ya explicamos, parece evidente que el autor de este pasaje necesita desprenderse de Aarón y legar el sumo sacerdocio a Eleazar, manteniendo en todo momento la envergadura del héroe Moisés. No conocemos el motivo por el cual fue condenado a muerte Aarón, tan solo acompañaba a Moisés en el ritual del agua de la roca. No parece el mismo personaje que apareció en Ex 4, ese que hablaba bien y se relacionaba con YHVH en confianza.
Conclusión.
Es difícil extraer conclusiones firmes sin analizar con detalle y en paralelo las otras capas literarias, en especial la historia de Moisés, la historia de Miryam, el estrato sacerdotal de las leyes y los pasajes más oscuros y controvertidos. Será difícil también incluso después de analizarlas.
No obstante, podemos intuir al menos que hay partes de la historia de Aarón que pertenecen a un sustrato tradicional diferente al de la historia de Moisés, los cuales generan tensiones en la trama que hacen sospechar la existencia de capas literarias independientes que se fusionaron en algún momento para dar como resultado el texto que nos ha llegado.
En la imagen canónica del sumo sacerdote, subordinado a su hermano Moisés, no encajan algunos elementos del texto. La presentación atropellada de Aarón entra en conflicto con el relato previo de la revelación en la zarza, pues Aarón conoce a YHVH de antemano y habla con él con familiaridad. Los detalles de su linaje se intercalan en la narración a modo de interpolación, con un estilo impropio del contexto. Su parentesco con Miryam y con Moisés no es claro. De hecho, la relación que mantiene con Moisés a lo largo de la Torá no invita a pensar que son hermanos. Los milagros con la vara, destinados a ser ejecutados por Moisés tras la revelación, los realiza Aarón. Parece como si la famosa vara de Moisés fue, en una tradición que no se conserva, la vara de Aarón. Por algún motivo, el pasaje del becerro de oro, el de las aguas de Meribá o el de la muerte de sus hijos, pretenden deslegitimar a Aarón y a su linaje, un argumento incoherente con la fidelidad del personaje a YHVH. Incluso la narración de su muerte es indigna del sumo sacerdote, por no mencionar su inexplicable condena.
En definitiva, algunos pasajes hacen pensar que hay memoria de Aarón por sí misma, y otros pasajes no lo mencionan, lo cual apunta a tradiciones diferentes. Si aceptamos el núcleo narrativo de la historia de Moisés, su revelación privilegiada y su mediación exclusiva con la divinidad, la presencia de Aarón en la trama es superflua: YHVH habla con Moisés y este transmite sus órdenes, Aarón solo sirve de acompañante y nunca actúa de motu propio, salvo en los pasajes excepcionales. Es decir, la historia se puede contar prescindiendo de Aarón.
Sin embargo, ahí está el personaje, presente en casi todos los eventos relevantes, con el cargo de sumo sacerdote, con un carácter perfilado de forma prolija, con una genealogía muy detallada y con un legado memorable. Un legado que, por cierto, no dejó Moisés. Es difícil pensar que Aarón es un personaje inventado para la trama y que no tiene un sustrato legendario.
Ahora la cuestión es dilucidar hasta qué punto ese sustrato es diferente del de Moisés, si su protagonismo compartido es la representación de distintas líneas tradicionales o si existió un núcleo literario donde Aarón no conoció a Moisés.
La historia que se conserva no es nunca la suma de distintas tradiciones. Es solo la que prevalece.
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