Foto de Sofía Estévez
Los canales helados, el aire lleno de agua, el termómetro derrotado, la nieve fina que amenaza y el viento agitando las espadas. No hay dolor, sólo frío, un frío que aterroriza los tuétanos. Si veis a alguien fumando en Amsterdam en enero bajo la nieve… temedle. Está dispuesto a hacer eso por un pequeño placer efímero. Imaginaos lo que será capaz de hacer por amor. Es de fuego.